2013 - Cautivos por "El Cautivo" en el Sábado de Pasión de Málaga

La víspera del Domingo de Ramos, día en que se inicia la Semana Santa, recibe el nombre de Sábado de Pasión; un día que en Málaga, desde hace unos años (antes se realizaba en la mañana del Lunes Santo), es lo mismo que hablar  del Traslado del Cautivo (El Señor de Málaga) desde San Pablo hasta su Casa de Hermandad. 

Las miradas de los cofrades y devotos estaban puestas esta mañana en el cielo. Las predicciones meteorológicas auguraban chubascos, pero el tiempo respetó finalmente la misa del alba, el traslado y la tradicional visita a los enfermos del Hospital Civil del Cautivo y la Trinidad. No fue hasta que se encerraron las imágenes en su casa hermandad cuando empezó a llover. A ojos de los fieles, un milagro más del Señor de Málaga, ya que mientras los titulares estuvieron en la calle, arropados por miles de personas, la única lluvia que apareció fue la de las emociones.

El Sábado de Pasión amaneció muy temprano. Por las sendas de la devoción, cientos de malagueños y foráneos fueron llegando a la explanada de San Pablo para asistir a la misa de alba, presidida por el obispo de la diócesis, Jesús Catalá, acompañado de varios sacerdotes, entre ellos el delegado de Hermandades y Cofradías, Francisco Aranda, y el portavoz del Obispado y pregonero de 2013, Rafael Pérez Pallarés. Cuando pasaban sólo tres minutos de las siete de la mañana, el trono con las imágenes del Cautivo y la Trinidad asomó, entre aplausos, en el dintel de la parroquia para presidir la eucaristía, donde Catalá pronunció una homilía más cofrade que otros años y centrada en la fe, con motivo de la celebración del Año de la Fe. 

En primera fila, entre otras autoridades, el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, el subdelegado del Gobierno, Jorge Hernández Mollar, el delegado de la Junta en la provincia, José Luis Ruiz Espejo, el delegado de Salud, Daniel Pérez, la vicepresidenta primera de la Diputación, Francisca Caracuel, y el coronel del Grupo de Regulares número 54 con base en Ceuta, Sebastián Vega Murcia, cuerpo del ejército vinculado históricamente con la Hermandad Trinitaria.

Las saetas de María Almendros, Paqui Corpas, Miguel Lara y Aroa Cala, los ganadores del concurso nacional de saetas que cada año organiza la Peña Recreativa Trinitaria, pusieron el punto y final a la misa. De la Torre dio los primeros toques de campana (adornada con lazos rojos y blancos, los colores del Año de la Fe) para iniciar un traslado, jalonado de piropos, 'vivas', y, sobre todo, oraciones de gracia, perdón o petición musitadas en silencio al paso del Cautivo y su Madre de la Trinidad y manifestadas en los miles de claveles rojos (a seis euros la docena) que le lanzaron. La banda de cornetas y tambores de Jesús Cautivo abrió el cortejo procesional.

Como es tradicional, uno de los momentos más vibrantes se vivió con la llegada, a las 10.15 horas, del trono al Hospital Civil. Los portadores dejaron su sitio en los varales al personal sanitario y el delegado de Salud fue el encargado de dar los toques de campana. Tras la imposición de las medallas a los enfermos, Antonio Cortés y Diana Navarro emocionaron con sendas saetas extraordinarias que provocaron más de una lágrima. La banda sinfónica de la Trinidad interpretó las marchas 'Madre Trinitaria' y 'Jesús Cautivo'.

Las calles La Regente y Sevilla estuvieron atestadas de público para ver las imágenes, que al llegar a la calle Trinidad hicieron una visita a la casa hermandad del Santo Traslado y la Virgen de la Soledad. De ahí y ya con la amenaza de la lluvia, Jesús Cautivo y la Virgen de la Trinidad se encerraron en su sede pocos minutos antes de la una del mediodía. Al poco rato, la lluvia hizo acto de presencia, pero el Señor de Málaga ya había bendecido y consolado con su presencia los corazones de miles de malagueños, muchos de los cuáles prefieren hacer, cada vez más, la promesa el Sábado de Pasión en lugar del Lunes Santo.