Enmarcada en el corazón del barrio del Realejo, es ésta una de las más populares Cofradías de la Semana Santa de Granada que cada Lunes Santo nos presenta a Cristo orando en el Monte de los Olivos, seguido a prudente distancia por la Madre, Nuestra Señora de la Amargura.
La talla de Cristo es obra del escultor de la escuela granadina Domingo Sánchez Mesa y data de 1943. La imagen de la Virgen de la Amargura es atribuida a la mano del genial de José de Mora. No hay documento oficial que lo avale pero las analogías con otras imágenes del escultor son tan fuertes que poca duda cabe de que debe tratarse de una talla suya.
En el paso de misterio encontramos a Cristo, de tamaño igual al natural, obra de las llamadas completas, por estar gubiadas sus vestiduras sin necesidad de aditamentos de tejidos, y respondiendo al pasaje evangélico que le da nombre. El instante reflejado capta la atención en la angustia de Cristo ante su próximo padecimiento y muerte. Busca el consuelo divino para lo que eleva la cabeza hacia las alturas, exponiéndose (en actitud reflexiva y de entrega) con los brazos extendidos siguiendo la línea genuflexa del cuerpo. Acompaña a Jesús un ángel que lo guía y acompaña en el padecimiento al tiempo que le entrega el cáliz que ha de beber, su Pasión y Muerte, que se culminará con una gloriosa Resurrección. No puede faltar en la representación del misterio un olivo auténtico, enorme, que cobija a los apóstoles preferidos de Jesús que no pudieron acompañar al Señor en la oración y cayeron rendidos por el sueño.
Hace unos años, no demasiados, la imagen de la Amargura procesionó acompañada de una talla de San Juan Evangelista. En la actualidad lo hace en soledad.
Es hermano mayor honorario de la Cofradía el Cuerpo Superior de Policía, que escolta habitualmente al paso de misterio y es seguido por alumnos de la Academia.
Así regresó la Hermandad al Convento de las Comendadoras de Santiago, orden de clausura que cobija a la Cofradía.
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